Nací el 6 de diciembre de 1931, en un hogar acomodado. Mi padre era un hombre de negocios, pero esencialmente un político. Era muy tierno e idealista, muy humano, generoso, comunicativo, tenía gran sentido del humor, era muy buen padre, pero tenía debilidades que no sabría como especificar. Creo captar que el hecho de que le gustaran las carreras de caballo, ir a la ruleta, jugar naipes en pareja, ir al Club de la Unión, charlar y compartir ideas con sus amigos, el ser demasiado desprendido y débil frente a las exigencias de mis medios hermanos, fueron conductas que no me agradaban. Pero la verdad nos hacía tan felices y nos daba tanta ternura que todo lo de él me gustaba. Los hijos eramos una mezcla de todas esas apetencias, pero con inquietudes intelectuales, musicales e idealistas. A excepción de mi hermano mayor que teniendo amigos escritores, fue siempre muy ávido de aparentar, ir al golf, vestir bien y andar con regias niñas.
Por el otro lado mi madre, 20 años menor que mi padre, era muy bonita, muy dependiente de mi padre y moderna para su época, nos dio libertad y nos educó en colegios laicos, siendo ella profundamente cristiana, pero nunca beata. Siempre le costó tener demostraciones externas, como caricias, pero nunca nos faltó nada, en cuanto a su atención se refiere ya a la época que vivía. Pero había poca comunicación con ella, a excepción de mi único hermano, al que siempre ha adorado.
Yo era la tercera de 4 hermanos, del segundo matrimonio, mi padre viudo con 6 hijos mayores, que no vivieron con nosotros salvo en las vacaciones. El mayor de mis hermanos era hombre, estuvo siempre interno y venía a casa solo los fines de semana. Yo lo adoraba y lo tenía idealizado y solo quería encontrar a alguien como él para casarme. Después seguía mi hermana M. Inés, muy inteligente e intelectualmente muy capaz y con gran habilidad de expresión y convencimiento, pero muy insegura en lo físico, aunque era bonita. Sumamente liberal y yo diría casi amoral para esa época. Pudo haber influido mucho en mi y sin embargo yo rebatía sus ideas y mantenía las mías; peleábamos mucho.
Ana la menor era muy regalona de mis padres y yo la quería mucho, era muy influenciada por M. Inés.
Yo consideraba que tenía un hogar muy unido y feliz, pero mi niñez fue atormentada y difícil, con muchas enfermedades, dos de ellas muy graves. Creo pensándolo ahora, que puede haberse debido a mi deseo de acaparar el cariño de mis padres, siendo yo la tercera y no teniendo esos atributos tan destacados de mis hermanos. Mas adelante sentí que fui el apoyo de mis hermanos, madre y familiares, quizás para atraer ese cariño, que consideraba que no tenía. (puede ser algo subjetivo)
Durante año y medio estuve interna (por prescripción de un médico muy bruto) en el Dunalastair, colegio muy estricto y exigente, que me marcó con muchas inseguridades. En primer lugar siempre me estaban comparando con M. Inés, y por el sistema de castigos y soplonaje (sistema de prefects) y también porque la encargada del internado era una persona enferma y traumada (nacionalidad judía) por haber estado en campos de concentración.
Tuve muchas amigas, pero una en especial a la que me unía un gran afecto, era de padres separados.
Lo que sí me encantaba del colegio eran los deportes, a más tenía clases de ballet, habían muchas actividades artísticas; nos llevaban a conciertos y obras importantes.
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